EL DIPLOMÁTICO MÁS JOVEN DEL MUNDO ES UN ESPAÑOL

El diplomático más joven del mundo se llama Daniel del Valle Blanco, es un estudiante de Derecho madrileño que ha sido confirmado como parte del Servicio Diplomático de la Soberana Orden de Malta con tan solo 20 años, y en su primer desempeño público de carácter diplomático está asignado como Agregado de Asuntos Políticos y de Juventud en la Misión Observadora Permanente de la Orden de Malta ante las Naciones Unidas en Nueva York.

Daniel expresaba su ilusión por este logro en sus redes sociales, donde decía estar “muy agradecido y feliz de compartir que he sido designado por el Consejo Soberano de la Orden de Malta como ‘Attaché for Political and Youth Affairs’ de la Misión Observadora Permanente de la Soberana Orden de Malta ante las Naciones Unidas en Nueva York”, y continuaba reconociendo que es un verdadero “honor servir fielmente a la Orden, bajo el lema Tuitio Fidel et Obsequium Pauperum”.

Del Valle se desempeña también como Alto Representante para la Juventud de la Fundación Internacional de Derechos Humanos (IHRF), y antes de su nombramiento en la Misión de la Orden de Malta (con la que comenzó trabajando como asesor del embajador en octubre del pasado año), fue Asesor de Juventud en la Misión de la República Eslovaca ante la ONU (desde el año 2020). En dicha capacidad, centró sus funciones principalmente en políticas de juventud, América Latina y África, y trabajó para apoyar la implementación de la Estrategia ONU Juventud 2030 y el trabajo de la Oficina de la Enviada del Secretario General de las Naciones Unidas para la Juventud. Se ha reunido con líderes de más de 80 países, incluyendo presidentes y primeros ministros, con la finalidad de conseguir el apoyo necesario para la plena participación juvenil en las mesas de toma de decisiones político-diplomáticas.

Tomar parte de la 76 Asamblea General de las Naciones Unidas, participar como ponente en el Doha Forum y ser orador en el en el Congreso Iberoamericano de Diplomacia y Relaciones Internacionales del Centro Iberoamericano de Estudios Internacionales (CIBEI), son solo algunos de los logros que Daniel del Valle Blanco acumula en sus espaldas a su corta edad.

¿Qué es la Orden de Malta?

Con una historia de diez siglos como organización humanitaria, la Orden de Malta tiene un Gobierno propio, embajadores y competencias normalmente reservadas a los Estados como la emisión de pasaportes, matrículas de coche y sellos

La Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta es más conocida por su nombre abreviado: Orden de Malta. Con una historia que abarca hasta el siglo XI, la orden ha contado con 80 Grandes Maestres, figura equivalente a la de jefe de Estado, y tiene el estatus de Observador ante la Asamblea General de la ONU.

La Orden de Malta es una organización internacional de índole católica centrada en la ayuda humanitaria. Como su nombre oficial indica, es sobre todo una orden hospitalaria, tanto en la creación y administración de centros médicos como en la asistencia en casos de desastres naturales o conflictos bélicos. Entre sus misiones humanitarias, ha estado presente en la República Democrática del Congo, en las inundaciones en Alemania en el verano de 2021, y recientemente en Ucrania, donde según la orden han proporcionado asistencia médica a unas 275.000 personas a fecha de 24 de marzo.

Aunque autodefinida como una orden católica, sus miembros se comprometen a ser “neutrales, imparciales y apolíticos”. Mantiene relaciones bilaterales con 112 Estados y la Unión Europea. Según estos convenios, la orden y los países actúan de igual a igual. Debido a su historia, y sus competencias para emitir pasaportes diplomáticos, mantener “una bandera del Estado” y otros elementos normalmente reservados solo a los Estados, como sellos, así como su actuación como observador de las Naciones Unidas, se ha ganado el apodo de el “único Estado soberano sin territorio”.

La Orden de Malta tiene unos 13.500 miembros (caballeros y damas), además de cerca de 120.000 voluntarios y empleados. Pero los pasaportes diplomáticos se otorgan solo a los miembros del consejo soberano, a los jefes y miembros de sus misiones diplomáticas (así como a su pareja e hijos menores), y, con muy pocas excepciones, a otros altos cargos (se calcula que se han expedido un total de 500).

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