Además de de ser una alternativa económica, estos juegos tienen un lugar importante en el ocio familiar conviviendo con los videojuegos, pero sin ser sustituidos por los mismos
Expertos de la Universidad Europea destacan que, a diferencia de los videojuegos, “están acompañados de estímulos que favorecen la interacción, como compartir unas patatas o un refresco, convirtiendo la experiencia en un ritual social”
| En invierno o en verano, los juegos de mesa siguen ocupando una parte importante dentro del ocio y los planes con familiares y de amigos. En un contexto en el que las pantallas dominan gran parte del tiempo de entretenimiento, estas actividades analógicas se consolidan como una alternativa que fomenta las relaciones sociales y el disfrute compartido.
Los juegos de mesa no solo son un entretenimiento, sino también un recurso que fomenta habilidades tan importantes como la comunicación, la empatía y el trabajo en equipo. Según la profesora de Sociología de la Universidad Europea, Rebeca Cordero, “jugar en familia crea momentos de disfrute y conexión emocional, alejándonos de las pantallas y fomentando un ambiente más distendido y relajado”. A diferencia de otras formas de entretenimiento, “los juegos de mesa generan una proximidad física y emocional que las dinámicas digitales no pueden igualar”, añade la experta. Además, esta actividad permite desconectar de los dispositivos electrónicos, una ventaja especialmente valorada en un entorno cada vez más digitalizado.
El atractivo de los juegos de mesa radica en su capacidad de adaptarse a distintas generaciones. Desde opciones sencillas, dinámicas y con finalización rápida como Fantasma Blitz, “que está muy de moda entre los más pequeños”, así como también siguen estando presentes Bananagram o el Scattergories, pasando por clásicos como el Monopoly, que ofrecen algo para cada tipo de jugador y grupo familiar. “Aunque algunos prefieren juegos más competitivos y otras personas dinámicas colaborativas, siempre se logra crear un ambiente de conexión y disfrute”, afirma Rebeca Cordero.
Más allá del entretenimiento, los juegos de mesa se han posicionado como una solución práctica y económica para el ocio en casa, “es una forma de generar planes con amigos alternativos y baratos”. En este sentido, la profesora de Sociología de la Universidad Europea asegura que en comparación con otras actividades como los videojuegos o escape rooms, “se trata de un plan muy barato y universal porque todos los individuos, en todas las culturas van a tener juegos comunes y permite el desarrollo de muchas competencias y habilidades”. “En definitiva, hablamos de un espacio de concentración o diversión que elegimos según las afinidades de un grupo”, comenta la experta.
Por otra parte, aunque los videojuegos han ganado terreno en las últimas décadas, la docente asegura que no han sustituido a los juegos de mesa. “Los videojuegos pueden ser divertidos, pero carecen del componente táctil y emocional que caracteriza al juego analógico. Mientras los juegos digitales suelen ser más individuales o en línea, los de mesa generan un espacio de interacción real y de convivencia”, destaca. Además, considera que los juegos de mesa ofrecen una experiencia que combina todos los sentidos, “un momento de disfrute donde todos estamos viviendo en tiempo real con las emociones completas en un espacio de 5D donde olemos, sentimos, tocamos, disfrutamos, reímos y competimos”.
En un contexto cada vez más individualizado y donde la tecnología domina gran parte del ocio, los juegos de mesa se posicionan como una opción de disfrute para momentos clave en la vida “relacionados con el tiempo en familia en el que se necesita dotarlo de contenido y, por ello, se recurre al juego”, es decir, “la popularidad de algunos juegos está más vinculada a una forma de encontrar un momento clave de unión”, concluye la docente.
|
Fuente: Universidad Europea
Escribe un comentario