Hispania ha sido cuna de grandes personalidades en el Imperio Romano desde poetas como el cordobés Lucano, pedagogos como Quintiliano que nació en la actual Calahorra e incluso Emperadores como Trajano quien era natural de Itálica[1], Adriano quien también era de la “sevillana “Itálica”[2] o el Emperador Teodosio cuya ciudad natal fue Cauca[3]. Sin embargo, un hispano muy destacado fue también el filósofo Lucio Anneo Seneca, a quien vamos a dedicar un apartado en nuestra sección “Mentes Brillantes”.
¿Quién fue Séneca? Fue un filósofo nacido en Corduba[4] en la provincia de la Bética en Hispania aproximadamente en el año 4 a. de Cristo. El padre de Séneca, Marco Anneo Séneca fue procurador imperial lo cual hizo que se codease con las altas esferas imperiales y tener conocimientos de retórica. Y se casó con una joven hispana en Urgavo[5]; además, de Lucio; Marco tuvo dos hijos que consiguieron una fama en el Imperio: Novato, conocido como Gallón fue gobernador en Acaya y se opuso a ejercer su jurisdicción sobre el ciudadano romano Pablo de Tarso decidiendo enviar al apóstol a Roma. Otro hermano de Séneca fue el financiero Mela quien era el padre del poeta Lucano autor del poema épico “Farsalia”.
Parece ser que Séneca pasó su juventud en Roma bajo la tutela de su tía Marcia, en esa época recibió clases de retórica y fue introducido en la escuela estoica por el filósofo Atalo.
Al estar casada con un équite romano, éste fue nombrado gobernador de Egipto por el Emperador Tiberio con lo que Séneca se trasladó con a Alejandría con su familia. Allí recibió nociones de administración y finanzas; también aprovechaba para estudiar geografía, etnografía y se interesó por las Ciencias Naturales en las que Plinio “El Viejo” destacó por sus conocimientos sobre Geología, oceanografía y meteorología.
A todo ello, Séneca no dejó de lado sus estudios de filosofía durante su estancia en Egipto se interesó por el misticismo pitagórico y los por los cultos a Isis y Sepatis, que poco a poco iban cogiendo fuerza entre los romanos. Sin embargo, Séneca vio que congeniaba más con la escuela estoica, cuya filosofía fue la que adoptó hasta su muerte. Entonces Séneca decidió irse a Atenas para seguir aprendiendo filosofía, una moda común entre los patricios romanos en aquellos tiempos. También Séneca entabló amistad con el filósofo cínico Demetrio.
El filósofo cordobés tuvo una salud muy frágil, ya que padecía asma desde que era pequeño. Entonces en el año 31, Lucio Anneo Séneca regresó a Roma donde fue nombrado cuestor e inicio el “Corusus honorum[6]” comenzando como cuestor destacando como orador y escritor. En el año 37 Tiberio fallece en Capri y Cayo Julio César Augusto Germánico “Calígula” es nombrado Emperador, Séneca ya el principal orador del Senado; lo que provocó los celos del megalómano emperador “Calígula” quien había decidido la ejecución del cordobés, pero una mujer habló con el César sobre la mala salud de Séneca y entonces el Emperador desistió de su idea.
En el 41, Calígula es asesinado por la Guardia Pretoriana y ésta nombra a Claudio como nuevo Emperador. A pesar de estos acontecimientos, Séneca seguía siendo una persona muy respetada por los políticos de Roma, sin embargo, Claudio no le tenía buena estima con lo que desterró al filósofo cordobés al destierro en Córcega, acusado por Mesalina de ser una persona peligrosa para Claudio ahora que Calígula había muerto, no hace falta recordar que Claudio había sido nombrado por la Guardia Pretoriana como César con la oposición del Senado.
El exilio de Séneca en Córcega duró ocho años que dedicó a escribir su “Consolatio” y la “Consolatio a Polibio” donde adula a uno de los libertos de Claudio, que gozaba de mucha influencia en el César.
En el año 49, se produce la caída de Mesalina[7], la célebre esposa de Claudio cae en desgracia y el ascenso de Agripina “La Menor” hace que Séneca sea rehabilitado en Roma, es nombrado Pretor y también, Mesalina nombró al cordobés como tutor de su hijo Lucio Domicio Enobardo; el futuro Emperador Nerón. Mientras Claudio fallece en el año 54 y Nerón es coronado César.
El nuevo Emperador nombra consejero a Séneca quien se convirtió en una de las personas más cercanas a Nerón e intentaron frenar la política de excesos del joven emperador con política basada en la diplomacia y un tinte más idealista. Sin embargo, a medida que Nerón fue creciendo, el César se fue alejando de la influencia del filosofo cordobés e incluso se le llegó a acusar de acostarse con Agripina y de hacerse muy rico a costa del erario.
En el 59, Nerón ordena asesinar a su madre, que era la gran valedora de Séneca. Aunque el cordobés tuvo que llevar a cabo una política de “lavado de imagen” para minimizar los estragos que pudieran producirse en la imagen publica del Emperador. Aquí, Séneca escribió una carta al Senado justificando a Nerón y acusando a su madre de conspirar contra el César. La campaña de desprestigio y caída en desgracia del filosofo cordobés fue in crescendo; pues había sido apartado del Emperador quien se había rodeado de gente como el jefe de la Guardia Pretoriana Tigelino o Petronio. Ante esta situación, llegamos al año 62 cuando Séneca decide pedir al César retirarse de la vida pública, Nerón lo aceptó y Séneca emprendió unos viajes por Italia. Durante este periodo escribe su obra: “Cartas a Lucilio”. A pesar de sus intentos de alejarse de su pupilo, Séneca fue envenenado, pero fue frustrado.
Por último, en el año 65 Séneca es acusado de conspirar contra el Emperador y Nerón decide realizar una serie de purgas en la curia a raíz de la llamada “Conjura de Pisón”. Séneca es condenado a muerte por su antiguo alumno y el filósofo hispano decide abrirse las venas mientras tomaba un baño.
Para terminar, el legado de Séneca a la posteridad ha sido enorme, ya que fue un ejemplo para muchos pensadores como Erasmo de Rotterdam, René Descartes, Denis Diderot, Rousseau, el también español Francisco de Quevedo, Dante, Petrarca o Juan Calvino. Además, junto las obras de Séneca y Cicerón fueron muy conocidas en la Edad Media pues el pensamiento de Séneca era muy compatible con el pensamiento cristiano, de hecho, San Agustín cita viarias veces a Séneca. También los humanistas del Renacimiento y otras pensadores como Erasmo, el español Juan Luis Vives o el inglés Tomas Moro tenían a Séneca como una gran referencia.
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[1] La actual Santiponce en Sevilla.
[2] Santiponce, Sevilla.
[3] La actual Coca en Segovia.
[4] Córdoba
[5] Actual Arjona en Jaén.
[6] “Cursus Honorum” era el nombre que recibía la carrera política o escalafón de responsabilidades públicas en Roma tanto en la época de la Republica hasta el Imperio. El Cursus Honorum establecía el orden y la jerarquía en las que llevaban a cabo las magistraturas. Dicha carrera fue regulada en el 180 antes de Cristo por la ley Annalis que estipulaba la edad en la que se podía desempeñar los cargos y los escalafones de menor a mayor.
El “Cursus Honorum” contaba con una fase preparatoria que era el “Vigintivirato” que eran veinte cargos de iniciación para los jóvenes y una vez acabada la “fase de formación” se llevaban a fase las magistraturas ordinarias: Cuestura, edilidad, tribunado, pretura, consulado y censura. Además, había una magistratura extraordinaria que era la Dictadura, que se llevaba a cabo durante los momentos de dificultad y uno de los cónsules asumía el mando durante seis meses.
[7] El escritor afincado en Deià Malorca Robert Graves le dedico la secuela del famoso: “Yo Claudio” que tituló “Claudio, el dios, y su esposa Mesalina”.
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