28 de enero: Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre
Los últimos 8 años han sido los más calurosos jamás registrados.
La Tierra se ha calentado más de 1,1 grados centígrados desde finales del siglo XIX.
Nubika revela la amenaza que supone el calentamiento global para algunas especies y ecosistemas.
El calentamiento global, consecuencia de la emisión masiva de gases de efecto invernadero a la atmósfera, causa importantes cambios meteorológicos y pone en jaque la supervivencia de muchas especies. Según informa la revista National Geographic, los últimos 8 años han sido los más calurosos jamás registrados: la Tierra se ha calentado más de 1,1 grados centígrados desde finales del siglo XIX.
Durante las últimas décadas, una de las consecuencias directas más notables del cambio climático ha sido el deshielo de los polos. La NASA, responsable del rastreo de la topografía de la superficie global oceánica, ha constatado que, desde 1880, el nivel del mar ha aumentado 20 centímetros y estima que para el 2100 aumente entre 30 y 122 centímetros más. Éste es sólo uno de los empleos de los cambios que la emisión de gases de efecto invernadero producen a la Tierra.
De la misma manera, otro de los cambios climáticos que se está produciendo en la Tierra son las constantes inundaciones producidas por el aumento de precipitaciones muy fuertes en algunas regiones. La mayor evaporación de las aguas más cálidas hoy en día de la superficie del océano provoca ciclones, huracanes y tifones más fuertes. En contraposición, incrementan las sequías muy graves en otras zonas debidas a la falta de disponibilidad de agua. “Hace falta un cambio en el modelo productivo para adaptarse a la disponibilidad de recursos actuales y, además, asegurar las reservas de estos en el futuro”, explica Beatriz Nespereira de la escuela de formación industrial MINT.
Esta escasez provoca el riesgo de incendios forestales, pérdida de cosechas, tormentas destructivas de arena y reducción de tierra idóneas para el cultivo. “Todos estos cambios, producidos por el aumento de las temperaturas y las modificaciones meteorológicas, están afectando tanto a la flora como a la fauna terrestre y marítima”, indican fuentes de Nubika, escuela de formación veterinaria.
¿Cómo afectan estos impactos a la fauna y a la flora?
Debido al incremento de las temperaturas terrestres y marítimas, cerca de un millón de especies están en riesgo de extinción en las próximas décadas. La intensidad de los impactos del cambio climático provoca que las especies se extingan 1000 veces más rápido que en cualquier otra época de extinciones. En este sentido, el 28% de las especies incluidas en la Lista Roja de la UICN (35,765 especies de las 128,918) están en peligro de extinción. Nubika presenta algunos ejemplos de la amenaza que supone el calentamiento global para algunas especies y ecosistemas:
- Desplazamiento de especies a zonas más frías. El aumento de las temperaturas da lugar al desplazamiento de muchas especies a zonas más frías. Se tiene constancia de que aves, mariposas, zorros, plantas alpinas y algunas especies marinas han emigrado al norte. La Península Ibérica será de las zonas más afectadas por este desplazamiento al encontrarse en el límite sur de la zona templada.
- Afectación de los ecosistemas marinos. Este calentamiento afecta a los ecosistemas marinos a través de epidemias, presencia de especies invasoras y mortalidad masiva. Por ejemplo, debido al aumento de la temperatura se ha producido una disminución drástica de las poblaciones de algas pardas en la costa norte de España, las cuales dan refugio y son zona de cría de muchas especies de fauna marina. Por otro lado, se han registrado más de 30 especies de peces tropicales en las últimas décadas en las aguas de las Islas Canarias.
- Aumento de la concentración atmosférica de CO2. Este hecho influye de manera directa en la fotosíntesis y tiene efectos sobre el crecimiento de las especies. En este mismo sentido, la flora de alta montaña se ve afectada por el descenso brusco de la cantidad de nieve en las montañas, ya que esta escasez reduce el efecto aislante durante el invierno, sometiendo a la flora de las cumbres a temperaturas extremas.
En este sentido, Beatriz Nespereira, coordinadora editorial de MINT, escuela de formación especializada en la industria, recalca la importancia de seguir apostando por las energías renovables. “Si seguimos con los niveles de emisión actuales, habrá un momento en que la situación será irremediable y, en consecuencia, se habrán perdido muchas especies que no sólo dan diversidad a los ecosistemas, también son necesarios para el equilibrio de estos”, indica Nespereira. “La apuesta para la transformación verde tiene que ser firme y tiene que ser una prioridad para los estados”, concluye la coordinadora editorial de MINT.
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