A PESAR DE LO ARRIESGADO DE ALGUNOS DESTINOS, EL ‘DARK TOURISM’ NO PARA DE CRECER

El bungaló tailandés donde Daniel Sancho descuartizó al cirujano Edwin Arrieta, el Memorial de Hiroshima, Auschwitz o cualquier rincón en alguno de los países a los que el Ministerio de Asuntos Exteriores recomienda no viajar. Aunque no existan cifras oficiales, este turismo de nicho está en auge

Expertos de la Universidad Europea aseguran que los viajeros que participan en itinerarios especialmente peligrosos están obligados a contratar un seguro que cubra cualquier contingencia médica, incluida la repatriación del cadáver en caso de fallecimiento

El ‘dark tourism’ consiste en visitar lugares vinculados con la muerte, el sufrimiento y la guerra, ofreciendo una experiencia diferente y en ocasiones, demasiado arriesgada. El trágico final de tres turistas españoles que fueron víctimas de un atentado reciente en Afganistán ha devuelto a la actualidad esta forma de viajar que va más allá del simple ocio.

 El ‘dark tourism’ no se limita a los conflictos bélicos o los desastres naturales, sino que incluye una gran variedad de destinos como campos de concentración, cárceles históricas o zonas de exclusión. “La motivación principal de este tipo de viajeros pasa por las ganas de vivir una experiencia única en busca de adrenalina o del descubrimiento de algo inexplicable. Lo que está claro es que nos hallamos ante un tipo de turismo que va a más, porque también se ve alimentado por las series, que son un gran escaparate abierto al mundo. Después de ‘Narcos’, por ejemplo, se dispararon las visitas a los lugares icónicos de Pablo Escobar y lo mismo ocurrió con Chernóbil tras la famosa producción de HBO”, explica María Sánchez de Mora, coordinadora del grado de Turismo de la Universidad Europea de Valencia al tiempo que cita algunos ejemplos de “lugares oscuros” en España como el Valle de los Caídos, las caras de Bélmez o La Mussara en la provincia de Tarragona.

La experta también alude a la pandemia como un revulsivo del ‘dark tourism’, “después del confinamiento, mucha gente sintió la necesidad, no sólo de volver a moverse, sino de vivir situaciones extremas en contraste con la rutina de cada día”. Y hace hincapié en la creciente especialización de las agencias de viajes, “que son capaces de ofrecer a sus clientes atractivos itinerarios a la carta, que están muy alejados de los paquetes estándar. Aunque muchas veces el ‘dark tourism’ no sea más que un complemento, porque dudo que haya tanta gente dispuesta a ir a Tailandia sólo para conocer el bungaló donde Daniel Sancho descuartizó a Arrieta; otra cosa es que visites esa región del país asiático y aproveches la ocasión”.

En el caso de los itinerarios más peligrosos, los viajeros tienen la obligación de contratar un seguro que cubra cualquier contingencia médica, incluida la repatriación del cadáver en caso de fallecimiento. El Ministerio de Asuntos Exteriores recomienda no viajar “bajo ninguna circunstancia” a Corea del Norte, Chad, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Níger, Gaza, Siria, Sudán, Sudán del Sur, Somalia, Papúa Nueva Guinea, Ucrania y Yemen. Y hay otros destinos, como Nigeria, Irak o Malí, a los que se aconseja no ir salvo por “razones de necesidad”.

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