ORTODONCIA: UN MUNDO DE RAZONES PARA MEJORAR LA SONRISA Y LA VIDA DE LOS PACIENTES

La ortodoncia ha evolucionado mucho con respecto a hace algunos años. Cuando hablamos de ortodoncia, no nos referimos solo a los dientes ni a razones estéticas, sino a un amplio mundo de aspectos que podemos mejorar en una persona.

A nivel general, la ortodoncia se puede clasificar en dos etapas: de primera fase, que es la que se aplica en edad infantil, entre 5-12 años; y de segunda fase, a partir de los 12 años.

Cuando abordamos una ortodoncia de primera fase, adoptamos la máxima “cuanto antes mejor”. Es mejor para todo, porque con el tratamiento incidimos en la calidad de vida de los niños en numerosos ámbitos. Por ejemplo, repercute en las vías aéreas, lo que implica una mejora en la respiración y, por tanto, en el sueño del niño y en su descanso. Podemos mejorar su habla, pues actuar sobre las estructuras óseas consigue una posición correcta de la lengua, que tenga más espacio y, como consecuencia, una mejor pronunciación.

Por todo esto y otros muchos motivos, es tan importante abordar una ortodoncia de actuación temprana.

Afortunadamente, los avances en la odontología actual permiten que quien no ha tenido la oportunidad de someterse a un tratamiento de ortodoncia de primera fase pueda aprovechar la de segunda fase, con la que podemos mejorar muchos problemas. No solo existen tipos diversos de ortodoncia, como brackets y alineadores, sino que también podemos ayudarnos de técnicas auxiliares, como microtornillos, o incluso cirugías ortognáticas, para afrontar con éxito los casos más complejos.

Atrás ha quedado la imagen terrorífica de la aparatosa ortodoncia que era el centro de las burlas de los compañeros de colegio más crueles, así como el pánico al dentista que colocaba y ajustaba los alambres.

Actualmente, la gente, y especialmente las generaciones jóvenes, dan más importancia a la estética que años atrás. Se trata de un concepto amplio, dentro del cual está incluida la sonrisa, una sonrisa blanca y bonita.

Esto influye en que se produzca la paradoja positiva de que un elemento que décadas atrás era fuente de burlas haya dejado de ser traumático. Los niños y adolescentes que necesitan llevar aparatología ya no son objetivo de burlas, pues de cara a la sociedad están cuidando su estética y, por tanto, van a la última.

Obviamente, también influye el diseño de los elementos que forman parte del tratamiento ortodóntico. En una era tan digital y minimalista, existen dispositivos mucho menos aparatosos que años atrás, y los diferentes modelos de alineadores que hoy en día utilizan pacientes de todas las edades configuran la ortodoncia más estética que existe.

Otro elemento a tener en cuenta es la evolución en el trato entre dentista y paciente, sobre todo en edad infantil. Los profesionales de la odontología estamos comprometidos con el bienestar de nuestros pacientes, por eso, entre otras cosas, ponemos un cuidado especial en que los niños crezcan sin miedo al dentista. Acudir a la consulta debería ser algo natural, de manera que las revisiones periódicas se conviertan en un trámite libre de ansiedad o miedo.

En ese sentido, aconsejamos acudir al dentista desde el primer año de vida y, a partir de ahí, realizar revisiones, como mínimo, una vez al año, o cada 6 meses para prevenir cualquier problema.

Como ortodoncista, mi misión diaria no es solo mejorar la sonrisa de mis pacientes, sino mejorar su vida.

 

 

 

 

 

 

 

Dra. Setefilla Hernández Egea
Ortodoncista de Institutos Odontológicos.

 

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