Desde el digital www.revistaplural.es queremos invitarte a conocer Roma y para ello, hemos decidido traerte la capital italiana hasta Mallorca con la idea de que os queremos hacer algunas recomendaciones o paseos por la “Urbe” que desde las orillas del rio Tíber fue creciendo inicialmente siendo un grupo de cabañas hasta transformarse en una ciudad monumental.
A modo de introducción vamos a adentrarnos en los orígenes de Roma:
Sus orígenes están envueltos de leyenda, el dios Marte[1] dejó embarazada a la sacerdotisa vestal Rea y tuvieron unos gemelos. Rómulo y Remo que habían sido abandonados por un sirviente de Amulio y Rea en las orillas del Tíber para que las crecidos del rio se llevasen a los niños. Entonces, una loba llamada Luperca los amamantó y así el 21 de abril del año 753 antes de Cristo nacía Roma. Por tanto, hoy en día la Urbe tiene 2.776 años y ahí está mostrando su belleza a todo el mundo.
Para cualquier persona que le guste la cultura clásica, el arte y, sobre todo, la Historia visitar Roma debería ser obligado cumplimiento. A todo ello, hay que añadir que la ciudad tiene un halo que la hace especial en muchos aspectos y la hace grande con su legado. Una ciudad que está en el centro del Mediterráneo y que desde las orillas del Tíber fue convirtiéndose en dueña del Imperio por excelencia… el Imperio Romano que gobernó gran parte de Europa, el norte de África y Oriente Medio.
Tampoco podemos olvidar el aspecto simbólico para millones de cristianos de todo el mundo, ya que Roma es la ciudad donde se estableció el epicentro de la religión que se fundó base de las sencillas enseñanzas que transmitió Jesús de Nazaret en Palestina y que sus discípulos difundieron llegando a establecer en Roma su sede principal, especialmente, a partir de la predicación de San Pedro quien se convirtió en el primer Papa de la Historia y fue crucificado en la colina vaticana. Además, en la Ciudad Eterna también pereció el también apóstol Pablo de Tarso quien fue el gran difusor de la filosofía cristiana.
Para viajar desde Mallorca hasta Roma lo podemos hacer en vuelo directo con cualquiera de las compañías que operan tanto en Palma como en Roma y volaremos desde Son Sant Joan hasta el Aeropuerto de Fumicino que está a las afueras de la “Ciudad Eterna”, concretamente, muy cerquita de Ostia, que era el puerto de Roma. Una vez que hemos llegado al aeródromo podemos trasladarnos hasta allí de varias formas porque el transporte publico está muy bien organizado. Si vamos con prisa podemos comprar un billete por 18€ para ir en tren en el “Leonardo Da Vinci Express” que en 30 minutos nos dejará en la misma estación de Termini en el centro de la ciudad. Si vamos con tiempo, podemos coger otro tren que tarda una hora hasta llegar a la estación de Termini y que cuyo billete cuesta unos 7€. Por el mismo precio, os recomendamos coger un autobús que sale del aeropuerto y nos dejará en la Estación de Termini, concretamente en Vía Marsala. También por 7€ podéis comprar un billete de metro que nos permitirá recorrer la ciudad por el suburbano y el boleto vale para todo el día.
En cuanto al alojamiento, hay de todo tipo y, sobre todo, dependiendo del presupuesto que vayamos a manejar. La recomendación que os podemos hacer es el Hotel Stromboli, está situado en la propia Via Marsala y el autobús en el que habéis venido os dejará frente al establecimiento. Una vez que os instaléis y que hayáis hecho el Check-In, lo más recomendable es que reservéis la habitación por internet a través de las plataformas porque os facilitará mucho las cosas. Si llegáis a mediodía ya podéis comenzar a pasear por Roma, ya que, aunque es una ciudad grande nuestro establecimiento no está lejos de la zona monumental y si tenemos buenas piernas es un paseíto.
El primer monumento con el que nos encontraremos son las Termas que fueron construidas por el Emperador Diocleciano, nacido en Split (Croacia) fue César entre los años 244 y 305 de nuestra Era. No es muy cara la entrada, unos 10€ que están bien gastados porque puedes ver desde sarcófagos de época etrusca hasta te permite hacer un recorrido por la epigrafia romana desde la más antigua hasta la más moderna. A modo de anécdota, algunas inscripciones que se pueden ver en el Museo Nacional Romano (Termas de Diocleciano) en clase de epigrafia en la Universidad de las Islas Baleares; las habíamos transcrito y traducido al castellano. Además, en la exposición veremos algunos bustos de emperadores conocidos como Adriano, Vespasiano, Marco Aurelio, Caracalla y también el propio Lucio Vero[2].
También podemos ir caminando hasta la Plaza del Tritón porque como “aperitivo” podremos disfrutar de esta fuente diseñada por el gran maestro de la escultura Bernini. Mientras podremos ir callejeando hasta donde nos encontraremos de golpe con la Plaza de España y las espectaculares escalinatas donde nos podremos tomarnos un helado dejando volar la imaginación donde nos trasladaremos a la Película de William Wyler: “Vacaciones en Roma” del año 1953 que protagonizaron Gregory Peck y una bellísima Audrey Hepburn. Si cogemos la misma calle que baja de desde Plaza de España podremos visitar algunas iglesias como la de San Ambrosio y San Carlos donde predomina el barroco. A través de las callejuelas romanas donde podremos ver algunos de los escaparates de las tiendas de moda más conocidas.
Tras mucho caminar por las calles romanas nos encontraremos con la Plaza del Panteón donde se eleva el único edificio que queda en pie de la Roma Imperial y gratuito: El Panteón de Agripa. Un edificio que era para rendir culto a todos los dioses y que fue construido por el Emperador Adriano[3] sobre los restos de otro templo construido durante la época de Augusto siendo Agripa el cónsul durante la construcción. Es preciosa esta estructura estaba cubierta con mármol de Carrara y una vez que entramos nos podemos con la espectacular cúpula formada en el interior por cinco filas de casetones que decrecen en el tamaño hacia el centro que está perforado por un óculo que permite la entrada de la luz del sol ofreciendo un espectáculo que parece magia. Una vez que hemos salido del Panteón podemos detenernos en cualquier pizzería para degustar la popular gastronomía italiana.
El plato fuerte de nuestro viaje… será al segundo día porque vamos a visitar el Coliseo, los Foros Imperiales y el Palatino. Aunque la recomendación que os hago es que reservéis un Tour Guiado Coliseo, Monte Palatino y el Foro. Por 60,00€ está bien pagado, el Tour en Español y si tenéis la suerte de encima os toca un guía que conoce bien aquellos temas que os explicará os lo pasareis genial. Para llegar al Anfiteatro Flavio desde el Hotel os aconsejo coger el metro y deteneros en la estación “Coliseo” allí nos encontraremos con un bar que si vais con tiempo podréis desayunar con las vistas del Anfiteatro que os alegrará la mañana y tendréis ganas de empezar. Si os sobra tiempo, muy cerca del Coliseo se encuentra la Iglesia de San Pedro Ad Vincula donde podréis ver las cadenas de San Pedro que según el Nuevo Testamento; una vez que el pescador fue liberado en Jerusalén, las cadenas se unieron en una sola y en esa iglesia no solo podremos ver las cadenas sino también podréis dejaros maravillar por el Moisés de Miguel Ángel donde encontrareis a un señor que se va a levantar para mostrarnos Las Tablas de los 10 Mandamientos.
Nada más entrar en los Foros Imperiales nos detendremos ante el Altar del Divino Julio, el templo que Octavio Augusto de dedicó a su antecesor Julio César en el mismo lugar donde se quemó su cuerpo tras su asesinato en los Idus de Marzo[4] que tuvo lugar en el Senado. De hecho, podremos contemplar también el edificio de La Curia del Senado que fue reconstruido y las puertas de bronce originales las veremos en la Basílica de San Juan de Letrán. Tras pasear entre los templos de la Roma Imperial que nos permitirá dejar volar la imaginación para retroceder dos mil años atrás para vislumbrar a los ciudadanos romanos paseando por el Foro e incluso a los Emperadores entrando en el Senado. Además, al fondo veremos como se asoma la Columna que el Emperador Trajano construyó para recordar sus guerras contra los dacios. Además, nos acercaremos a tres de los cinco Arcos de Triunfo que hay en Roma de la época imperial que sobreviven allí en el foro: El Arco de Constantino, el Arco de Tito y el Arco de Septimio Severo. También podremos subir por los jardines del Palatino donde se encontraban los antiguos Palacios de los Césares para imaginarnos que somos un Emperador desde donde podemos contemplar Roma desde los balcones e incluso vislumbrar al propio Nerón tocando el arpa mientras la urbe arde en llamas o en la genial interpretación que hace el actor Peter Ustinov en ¿Quo Vadis? Película del año 1951.
Tras dejar los Foros y el Palatino, entramos en el Anfiteatro Flavio que tras 2000 años sigue en pie contemplando la Historia de Roma y aunque los gladiadores no salen a la arena hoy en día, son los propios turistas quienes acuden a visitarlo porque el Coliseo de por sí es un espectáculo de la arquitectura y la ingeniería romana que se construyó bajo el mandato del Emperador Vespasiano en el año 70 y finalizado ya durante el reinado de su sucesor, Tito. Allí tenían lugar varios espectáculos desde las luchas de gladiadores, las luchas contra los animales, obras de teatro e incluso las naumaquias que eran la representación de combates navales. Además, contaba con un aforo de 65.000 espectadores, todos sentados según su estatus, es decir, cerca de la arena se encontraba el palco donde estaba la familia imperial, los senadores y el patriciado de la ciudad; en el segundo escalafón se situaban la clase media y en la zona más alta se encontraban las clases bajas. En Roma durante algunos meses hace mucho calor y para aliviarlo, el Coliseo contaba con una cubierta de tela conocida como velario que se accionaba con poleas del que se encargaban marineros de la armada romana. Además, dentro del Coliseo podemos imaginarnos ser Russell Crowe recitando su monologo “Me llamo Máximo Decimo Meridio” y repartiendo puñetazos con “Ira y Fuego” retando al propio Emperador Cómodo que interpreta Joaquín Phoenix en el Film “Gladiator” del año 2000 que dirigió Ridley Scott donde se puede ver una reconstrucción del Anfiteatro Flavio mediante ordenador.
Después de viajar a la Roma Imperial y tras descansar; podemos dar un nuevo paseo hacia la ciudad para detenernos ante la Iglesia de San Ignacio de Loyola donde contemplaremos varios frescos del barroco y que indican la presencia de los jesuitas en la Urbe. Además, el sacerdote encargado de la Iglesia de San Ignacio de Loyola en Roma hasta no hace mucho era el cardenal mallorquín Luís Ladaria Ferrer. Una vez que salimos podremos callejear de nuevo por Roma y nos acercaremos hasta la Fontana de Trevi donde viajaremos de nuevo en el tiempo y nos trasladaremos a la mítica escena de la película del maestro Federico Fellini: “La Dolce Vita” 1960 donde Anita Ekberg se baña en las aguas de la mítica fuente entre las esculturas de Gian Lorenzo Bernini.
El penúltimo día de nuestro viaje; lo dedicamos a cultivar el espíritu, concretamente, a visitar la Basílica de San Pedro cuyo acceso es gratuito. Para llegar a la Plaza de San Pedro desde el Hotel nos podemos trasladar en metro y la estación nos dejará a diez minutos caminando por la Vía Octaviana. Al llegar a la Plaza de San Pedro nos maravillaremos por la grandeza del lugar, rodeado de las columnas diseñadas por Bernini y contemplaremos la fachada de la Basílica donde en cuya ventana central suele salir el Papa cuando ofrece la Bendición Urbi Et Orbi y cuando los cardenales anuncian el nombramiento del nuevo Sumo Pontífice tras el conclave que tiene lugar en el Capilla Sixtina[5] bajo la vigilancia de los frescos de Miguel Ángel. Precisamente, el propio artista participó junto a otros en el diseño de la Basílica de San Pedro que tras varios controles de seguridad podremos entrar en el templo donde nos detendremos ante La Piedad de Miguel Ángel donde contemplaremos una escultura de mármol de carrara donde se representa a la Virgen María que sostiene el cuerpo de su hijo, Jesús de Nazaret tras descenderlo de la cruz. En ella vemos, una María más joven y con una dulce mirada sostiene el cuerpo de un Jesús un poco más mayor. En la capilla contigua donde podemos admirar La Piedad podemos rezar frente a la tumba de un personaje muy importante durante la segunda mitad del siglo XX y que jugó un papel clave en la caída del Telón de Acero, nos referimos al Papa polaco Juan Pablo II (Karol Wojtyla 1920-2005) que gobernó la Iglesia Católica entre 1978 y 2005. No solamente en la Basílica de San Pedro encontramos arte sino también lugares de recogimiento donde poder rezar y también podemos contemplar el altar mayor decorado por Gian Lorenzo Bernini con su famoso baldaquino situado bajo la imponente Cúpula diseñada por Miguel Ángel y justo debajo podremos visitar las tumbas papales donde hay algunos papas sepultados entre ellos el apóstol Pedro. Dentro de la misma Basílica podremos disfrutar de ver la sacristía donde se custodia otra grandísima obra de arte; en este caso, el “Entierro de Cristo” de Caravaggio y en una de las capillas laterales nos toparemos con “La Transfiguración de Cristo” pintada por Rafael Sanzio. En definitiva, la Basílica de San Pedro es espectacular por dentro y aunque mucha gente la confunde con ser la Catedral de Roma, no es así, ya que la Catedral de la Ciudad Eterna es nuestro próximo destino: San Juan de Letrán.
Situada a varios kilómetros de la Basílica de San Pedro, nos dirigimos hasta la Catedral de Roma que es la Basílica de San Juan de Letrán, la iglesia más antigua de Roma y que antes de que la Santa Sede se instalase en la Colina Vaticana estuvo situada en San Juan de Letrán. De hecho, allí se llevaron a cabo varios concilios y durante el mandato de Mussolini se firmaron los conocidos como “Pactos de Letrán” por los cuales se creaba la “Ciudad del Vaticano” como sede papal. Además, dentro de San Juan de Letrán podremos ver algunas obras de arte como el baldaquino que preside el altar de estilo gótico y la nave central escoltada por gigantes estatuas de los Doce Apóstoles. Dentro del mismo templo podemos contemplar las Puertas del Senado de la Roma Imperial y que podríamos decir que esas puertas tienen más de dos mil años; custodiando estas puertas de bronce, podremos contemplar una estatua del Emperador Constantino, quien en el año 313 mediante el Edicto de Milán Decretó la libertad de culto en todo el Imperio y legalizó el Cristianismo.
Por último, son tres días en los que puedes hacer muchas cosas en Roma, pasearte por la Ciudad Eterna y disfrutar de una ciudad espectacular en todos los sentidos. Un viaje que te cambia, una ciudad que te seduce y que te enamora porque es un museo al aire libre.
Texto: Juan Ramón Pons. Graduado en Historia por la Universidad de las Islas Baleares. 2019.
Para más información:
Mangas, Julio. Historia Universal: Edad Antigua. Roma. Barcelona: Vicens Vives, 2004.
Negrete, Javier. Roma Victoriosa. Madrid: La Esfera Libros, 2011.
Para contratar un Tour por el Coliseo, Foros Imperiales y Palatino
[1] Ares para los griegos.
[2] Coemperador con su suegro Marco Aurelio y esposo de Lucila.
[3] Un emperador que, como su tío, el emperador Trajano, ellos eran hispanos y concretamente nacidos en itálica (Santiponce, Sevilla)
[4] 15 de marzo del año 44 antes de Cristo.
[5] Que podremos visitar si compramos las entradas con tiempo para visitar los Museos Vaticanos.
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