ESA PALMA QUE YA NO EXISTE

Paseando por el Paseo Marítimo basta con alzar la cabeza y ver como algunos edificios son meros lugares donde la nostalgia se hace patente en las vidas de muchos y muchas palmesanos de nuestra ciudad.

Son edificios que hoy en día languidecen algunos hacia el abandono, y otros se han reinventado en otro tipo de edificio como pisos de lujo.  No obstante, no han perdido ni un ápice de glamour.

Para ello, hemos elegido dos edificios que están en la memoria colectiva de los mallorquines y seguramente de los muchos visitantes que han llegado a Palma en los últimos sesenta años aproximadamente.

Desde Revista Plural os invitamos a subiros a nuestra particular “Máquina del tiempo”  y arrancamos:

HOTEL MEDITERRÁNEO:

Abierto por la familia Maroto i Coll al vender su empresa al señor Juan Pensabene, quien regia el también desaparecido Gran Hotel Alhambra, que estaba situado en la Plaza de la Reina junto al Teatro Lirico donde hoy se ubican los “Jardins del Rey”. El Gran Hotel Alhambra fue diseñado por el arquitecto Gaspar Bennassar, con el objetivo de competir con el Gran Hotel, que actualmente podemos visitar en la Plaza Weyler.

El Hotel Mediterráneo fue inaugurado en 1923 pero fue reformado en 1944 el edificio. En 1956, se construyó Paseo Marítimo, que lleva el nombre del ingeniero Gabriel Roca, impulsor de la construcción del emblemático paseo palmesano; lo cual hizo que el hotel perdiera su acceso directo al mar. Además, su piscina estaba sobre el mar y estaba unida al hotel mediante el puente que vemos en la actualidad.

Por las habitaciones de Hotel Mediterráneo se han hospedado grandes personalidades desde la escritora británica Agatha Christie, la actriz Ava Gardner; los actores Anthony Quinn y George Sanders.

Por último, el Hotel Mediterráneo cerró sus puertas en 1975, en la actualidad el edificio se ha reconvertido en unos apartamentos de lujo; también hay dos Restaurantes; uno desde donde se pueden ver una de las mejores vistas de Palma y  otro que está en los bajos del edificio que hace esquina en la misma entrada de lo que en su día fue Titos.

DISCOTECA TITOS: EN SU DÍA CONSIDERADA COMO LA MEJOR DE EUROPA.

Foto: Juan Ramón Pons

Hoy en día los vitrales nos permiten dejar volar la imaginación para recrearnos en la gran cantidad de gente que ha pasado por su interior. Las historias de amor que se han forjado, las actuaciones y las fiestas que se han celebrado para muchos visitantes de esta emblemática discoteca cuyo edificio languidece con sus recuerdos en su interior.

En los años 60, 70 y 80 fue cuando  la sala se transformó en uno de los sitios con más glamour de la isla aunque prácticamente de toda España.

Titos fue creada en el año 1923 y hasta su cierre en 2021 siempre se ha mantenido en el mismo lugar, entre el Hotel Victoria y el desaparecido Hotel Mediterráneo. La discoteca ha pasado por muchos gestores y diferentes manos, la ultima el Grupo Cursach.

No podemos olvidar que Titos ha sido una de las discotecas más espectaculares de la isla por la que seguramente ha pasado muchas generaciones no solo de mallorquines sino también de gente de todos los lugares del mundo.

A modo de anécdota, la entrada de Titos estaba situada en la Plaza Gomila, allí muchos palmesanos se citaban en los bares  de la bulliciosa plaza para tomar una copa y ver a la gente que acudía a Titos. Precisamente, siempre me han contado que para acceder a Titos se exigía por parte de la dirección que la gente que acudiera a la sala de fiesta fuera vestido con una americana y corbata; en caso de que no llevases una desde la propia discoteca te facilitaban una.

Por otra parte, por Titos han pasado grandes artistas de todos los géneros e incluso la realeza como el actual Rey de España Felipe VI, sus hermanas y la fallecida Princesa Grace Kelly; empresarios como el magnate Aristóteles Onassis; la actriz Marlene Dietrich actuó en Titos; músicos como Louis Armstrong; Tom Jones; The Platters; y también artistas patrios como “La Faraona” Lola Flores; Los Brincos y “La más grande” Rocío Jurado.

Por último, podríamos citar muchos lugares del Paseo Marítimo que ya no existen como el Hotel Fénix, la discoteca Pachá que estaba situada  entre Can Barberá y el bucólico parque de “Sa Quarentena”;  en los molinos de Es Jonquet se encontraban las salas de fiestas de Jack “El Negro” y muchos otros lugares, que hoy forman parte de una Palma que ya no existe pero su esencia sigue presente en el recuerdo colectivo de muchos palmesanos.

Foto: Juan Ramón Pons

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