Amanece un nuevo día, lleno de incertidumbre y de esperanza. Es como cualquier otro pero tiene un pequeño matiz, es el primer día de la primavera, ¡que felicidad! Atrás quedan dos años consecutivos de pandemia.
Esta nueva estación que empieza es como una bocanada de aire fresco que nos inunda de esperanza y buenos propósitos, con la firme creencia de que todos nuestros sueños se conviertan en realidad, y que la pesadilla de la guerra y el maldito virus acaben de una vez.
Atrás queda el invierno que, dependiendo de la realidad vivida por cada uno de nosotros, nuestras familias y amigos, dando paso a la incertidumbre y al misterio que nos deparan los próximos meses con la firme convicción de que este año nos aportara positividad y bonanza.
Hemos sobrevivido al frio invierno, durante la cual nos bombardean con actos en favor de los demás y que nos ayudan a creer que, por participar en algunos, somos mejores personas y que hacemos grandes cosas por los demás solucionando así los problemas que nos rodean y las carencias que tiene cada vez más miembros de nuestra sociedad.
Pero Señores/as seamos realistas y no dejemos todo al azar y al deseo de que los demás nos solucionen la vida, pongamos más de nuestra parte y empecemos por ver que es lo que hemos dejado en el tintero que podíamos haber hecho y hemos dejado pasar, que podíamos haber visto y hemos dejado de mirar.
Tendemos a que cuando algo no nos importa lo dejamos pasar y hacemos como que no lo vemos que no va con nosotros vaya que no existe, pues nada más lejos de la realidad. Que nosotros escondamos la cabeza y creamos que por mirar a otro lado todo va a mejorar y cambiar no es más que una mentira.
Cambiemos esto y empecemos por ver que podemos hacer para cambiar y mejorar, no solo a nosotros mismos también a nuestro entorno y a las personas que nos rodean. Tratemos de en lugar de solo criticar las actuaciones de los demás hacer una autocrítica para así mejorar nosotros mismos y poder contagiar nuestro estado a los que nos rodean , no es tarea fácil y no está exenta de dificultades y errores que nos obstaculizaran durante todo el camino . Pero con tenacidad, humildad y con apoyo de los demás podemos conseguirlo.
Si algo hay que pedir al 2022, es que todos empecemos a cambiar y mejorar, empezando por nosotros mismos, si logramos esto el resto será mucho más fácil y nos conducirá hacia un camino que sin lugar a dudas no puede tener más que un final: la FELICIDAD.
Miguel Angel Colom
Presidente de AVASO
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