TRUMP VS BIDEN: ¿QUÉ TIPO DE LIDERAZGO DEFINE A CADA UNO DE ELLOS?

Tras la cancelación del segundo debate electoral y un primero considerado por la mayoría de expertos como caótico, plagado de ataques personales y muy pobre en lo que a propuestas se refiere, llega la hora del tercer y último envite. En él, Donald Trump y el demócrata Joe Biden, los dos candidatos a optar a la presidencia de los Estados Unidos de América en las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre, volverán a dar muestras del tipo de liderazgo que les define. 

Y es que el primer debate celebrado el pasado 29 de septiembre no pasará a la historia como uno de esos que acabaron determinando la suerte de unas elecciones, sino como un ejemplo de malas formas en el que los candidatos, aparte de atacarse mutuamente, abordaron temas como la Corte Suprema, la pandemia del coronavirus, las protestas raciales y violencia en las ciudades o la economía del país. 

Tras la suspensión del segundo debate previsto para el pasado 15 de octubre debido al contagio por coronavirus del presidente estadounidense, y tras rechazar éste la propuesta de la Comisión que organiza los debates para que se realizara en forma virtual, llegará el turno del último debate que tendrá lugar en Nashville (Tennessee) el próximo día 22. Éste supondrá la última oportunidad para que los votantes, y el mundo en general, conozcan un poco más acerca de las políticas y planes de futuro de ambos candidatos, los cuales poseen dos estilos muy diferenciados de liderazgo. 

 

Donald Trump: Pragmático y resultadista.

El actual presidente de los Estados Unidos siempre se ha caracterizado por dejar de lado (o incluso esconder) su lado más emocional, dando prioridad a un liderazgo más frío o pragmático. «Trump se está exponiendo constantemente, incluso lo ha hecho en múltiples ocasiones desde su contagio. Es un líder que no deja títere con cabeza, y cuyo mensaje se centra en la parte más económico-pragmática de los valores. Su liderazgo está centrado en la generación de resultados, en el hacer más que en el sentir. Y el mejor ejemplo de esto es su eslogan de campaña “Juntos, estamos reconstruyendo la nación”», explica David Alonso, experto en valores y procesos de coaching, y confundador de Zinquo, Centro Internacional de Desarrollo de Valores. 

Este tipo de liderazgo está dominado por la practicidad y un enfoque absoluto en los objetivos y las tareas más que en las personas. «Este tipo de personas son buscadoras de soluciones y de oportunidades, tienden a ser objetivas en su toma de decisiones sabiendo valorar los pros y contras, se enfocan en la tarea y el cómo desarrollarla, y actúan dando prioridad a la utilidad buscando siempre la rapidez en las decisiones y aprendizajes», concluye. 

 

Joe Biden:  emocional y empático.

Por su parte, el candidato demócrata se presenta como un hombre cercano de clase trabajadora, y que ha superado tragedias personales. Su mujer decía sobre él: “hará por tu familia lo que hizo por unirnos y completarnos”. Para David Alonso se trata de «un liderazgo que nos parece eminentemente emocional, lo que está conectando con los valores emocionales/emotivos, es decir, los que hablan de sentir». Tal y como sucede con Trump, su eslogan de campaña también expresa todo esto a la perfección: «Batalla por el alma de la nación», matiza. 

Las personas portadoras de este tipo de liderazgo poseen un modo de vida dominado por sus necesidades y las de su mundo interior, haciendo que estas prevalezcan sobre términos más prácticos o de tipo social.  Se enfocan en ellas mismas y cómo les afectan las cosas o sucesos de su vida. Además, son buscadoras de motivaciones, analíticas, muy observadoras y siempre necesitan entender antes de actuar.  

Desde este enfoque, también podemos observar como ambos candidatos apelan a los valores ético-sociales, que son aquellos que nos unen a los demás, con la finalidad de conectar rápidamente con sus votantes. 

 

4 fases por las que debe pasar un líder.

Al hilo de las diferencias entre el liderazgo que define a Donald Trump y Joe Biden, el cual seguramente defina sus acciones en el supuesto de ser elegido como próximo presidente de Estados Unidos, es importante recordar que, para asumir el liderazgo de un país, partido político, empresa u otra entidad, es fundamental que el futuro líder cumpla las siguientes 4 fases que nos detalla el propio Alonso. 

Fase 1: Identificar cuáles son sus valores personales del líder

Muchas veces no tenemos ni idea de lo que es realmente importante para nosotros, es decir, de cuáles son nuestros verdaderos valores. Por ello, cabe preguntarnos si podemos ser buenos líderes cuando en el día a día somos totalmente incongruentes con estos valores personales.Es imposible. Por esta razón, en esta primera fase es clave conectar con lo que realmente es importante para nosotros, aquello que nos mueve en la vida: los valores. Estos guían nuestro comportamiento, y cuando no nos comportamos de acorde a ellos, nos generan un estrés que a la larga suele traducirse en enfermedades si no se aborda correctamente.

Fase 2: Identificar cuáles son los valores que existen realmente en el día a día de la compañía.

«Los valores vividos en la organización, empresa o entorno donde nos desarrollemos marcan nuestro comportamiento también dentro de ese entorno», afirma el responsable de Zinquo. Si cogemos todos los valores, todas las personas que existen en una organización y les preguntamos: ¿cuáles son los valores que crees que existen aquí, los que estás viviendo en tu día a día? ¿Qué crees que tenemos? Estamos ante la cultura de la empresa, la cual nos permite valorar si ésta tiene que ver con lo que decimos o lo que tenemos puesto en las paredes. 

Fase 3: diagnóstico del nivel de confianza del líder. 

«La confianza es el valor de los valores, el pegamento que une todo». Y es que un reciente estudio de la Harvard Business Review concluye que en las empresas donde hay un alto nivel de confianza, hay un 74 % menos de estrés, las personas están un 13 % menos enfermas respecto a entornos donde hay menos nivel de confianza, tienen un 50 % más de productividad, un 106 % más energía, un 29 % más de satisfacción con sus vidas, un 76 % más de compromiso y un 40% menos de desgaste.

Fase 4: las 9 habilidades de Leadership by Values

En esta fase, el líder ya está preparado para desarrollar las 9 habilidades que debe dominar cualquier líder. Cada habilidad tiene un componente económico-pragmático, emocional o ético-social, en base al Modelo Triaxial 3E’s de los Valores de Simon L. Dolan. 

Así tenemos la Dimensión del Dominio Personal que incluye las habilidades de Gestión emocional, autoconocimiento y pensamiento positivo; la Dimensión de la Integridad con las habilidades de Apoyo, Respeto y comportamiento ético y la Dimensión de Generación de Resultados, con las habilidades de gestión del desempeño, ser modelo y perseverancia-resiliencia.

 

Texto: Eliromerocomunicación 

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