Prepárate y súbete al coche que nos vamos de ruta. En este caso, nos dejaremos guiar por el libro que escribió José María Ibáñez “LA VUELTA A MALLORCA EN 80 RUTAS” que se convertirá en un pequeño mapa que nos guiará hasta un rincón de Mallorca muy especial para quien suscribe estas palabras.
Nos trasladamos a los pies de la Serra de Tramuntana, concretamente a la conocida como Región de “Es Raiguer” para encontrarnos con la localidad de Lloseta una localidad que está vinculada a la nobleza representada por los Condes de Ayamans quienes aún conservan el majestuoso palacio que hay junto al templo parroquial dedicado a la Mare de Deu del Cocó.
Después de la conquista de Mallorca por el Rey Jaume I “El Conquistador”, el monarca entregó la zona de Canarossa a Vizconde de Bearn, Guillem de Montcada quien repartirá tierras para sus caballeros; al fallecer Guillem de Montcada[1], su viuda entrega la zona a Arnau Togores para que proteja las fincas y con sus caballeros. No será hasta el reinado del monarca Felipe III, ya en el Siglo XVII quien nombra a la Familia Togores como barones de Lloseta y Condes de Ayamans. De hecho, la presencia del céntrico palacio en el municipio ayudó a la expansión del mismo abarcando su extensión actual. Recordemos solamente que en el siglo XIX (concretamente en 1842) Lloseta se independiza de Binissalem.
Tiempo habrá para adentrarnos en la historia de Lloseta. No obstante, te vamos a contar una historia que nos invita a recorrer la sinuosa línea que transita entre la realidad y la fantasía. ¿Conocéis la leyenda de la Verge del Cocó?
Resulta que un pastor musulmán estaba cuidando su rebaño cerca del lugar donde hoy está la Ermita y allí vio una imagen de la Virgen Maria. Entonces la imagen es trasladada a Robines[2]. Sin embargo, al día siguiente después de dejar la imagen en la iglesia… está desaparece y la encuentran a su lugar de origen. Según se dice el deseo de la Virgen era quedarse en Lloseta.
El oratorio del “Cocó” está donde en 1232 se encontró la imagen de madera policromada que data de los siglos XI-XIII de estilo gótico. Parece ser que los cristianos la escondieron durante la dominación musulmana para que no profanase la imagen e incluso hay algunas leyendas que sitúan la llegada de la imagen durante la conquista de Mallorca en 1229.
Por último, en la zona del Oratorio podemos encontrarnos con otra leyenda que ha pasado de generación en generación. Nos referimos la “Leyenda del Didalet” que cuenta al lado de la ermita hay un pequeño agujero, donde según dice la tradición, tienes que introducir los dedos de la mano, uno detrás de otro y quedarás aliviado de todos los males como los uñeros, sabañones o padrastros.
Para más Información:
Ibáñez, José María. La Vuelta a Mallorca en 80 Rutas. Palma de Mallorca: Anima Ignis., 2017.
[1] Recordemos que tanto él como su primo Ramón mueren en la famosa Batalla de Porto Pi.
[2] La actual Binissalem
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