¿NAVIDAD LEJOS DE CASA Y SIN COMPAÑÍA? RECOMENDACIONES PARA HACERLA MÁS LLEVADERA
Unas de las fechas más importantes del año, las navidades, están ya a la vuelta de la esquina y la actual pandemia nos obligará a afrontarlas de una manera muy diferente a como lo veníamos haciendo hasta ahora. Uno de los puntos que más debate está levantando en todo el mundo es el referente a las restricciones de aforo y movilidad impuestas por las autoridades, para que los esfuerzos actuales por evitar la propagación del virus no caigan en saco roto y, allá por el mes de enero, aparezca una nueva ola de contagios.

En lo que a las restricciones de movilidad se refiere, estas impedirán que muchos expatriados, estudiantes de Erasmus u otras personas residentes en el extranjero puedan pasar la Navidad con sus seres queridos. Muchos de ellos, por tanto, deberán pasarlas solos o echando mano de las ya imprescindibles plataformas de videoconferencia.

Para hacer que este “mal trago” sea lo más llevadero posible, Pau Forner, creador de habilidadsocial.com y autor del bestseller Dirige tu Vida nos ofrece una serie de sencillos consejos que, además, nos servirán como oportunidad para mejorar nuestra gestión de las emociones. Porque no debemos olvidar que estar solo y sentirse solo son cosas muy diferentes.

Jamás pensamos que palabras como “confinamiento”, “PCR” o “grupos burbuja” iban a convertirse en parte de nuestro día a día. Pues bien, todas ellas cobrarán una relevancia adicional durante las próximas fechas navideñas para todos nosotros, pero en especial para aquellos que, por razones laborales, académicas o de otra índole, residen fuera de nuestras fronteras. Sin olvidar, claro está, a las personas que desgraciadamente han perdido a algún ser querido en los últimos meses.

Las diferentes restricciones de movilidad impuestas tanto por España como por el resto de países, así como los requisitos previos que todos ellos establecen para poder traspasar sus fronteras, han hecho que la mayoría de expatriados opten por descartar la opción de volver a casa por Navidad. Para algunos de ellos, en su mayoría estudiantes o trabajadores, esto supondrá pasar estas atípicas fiestas en soledad y con la permanente sensación de miedo o alerta ante un posible contagio.

Sin embargo, este temor puede pasar de ser algo negativo a una especie de “salvavidas” al que agarrarnos en los momentos de debilidad. «Aunque parezca increíble, el sentimiento de miedo puede ayudarnos durante estas fiestas ya que, si tenemos un momento de bajón, podemos recordar que estamos haciendo este esfuerzo para proteger a los nuestros de un posible contagio. Como digo, tenemos dos opciones: permitir que nos supere o convertirlo en una motivación o justificación de nuestra actitud prudente», afirma Pau Forner.

Estar solo y sentirse solo, son dos cosas muy diferentes.

Aunque cuesta creerlo, y más en estos momentos, un estudio ha demostrado que la soledad puede ser buena ya que, en ese estado, el cerebro recupera capacidad de atención, motivación, creatividad y productividad.

Sin embargo, sentirse solo es otra historia. A largo plazo afecta tu salud mental, provoca depresión y supone mayor riesgo de mortalidad que la obesidad.

Entonces, ¿cuál es la diferencia entre estar solo y sentirte solo y deprimido?

La primera respuesta está en tus expectativas. En la distancia entre tus relaciones sociales reales y las que te gustaría tener. Si te gustaría poder compartir tus pensamientos con alguien, pero no tienes nadie con quien hacerlo, te sentirás solo.

La segunda respuesta es cómo te sientes respecto a lo que sientes. Dicho de otra forma: lo verdaderamente importante no es sentirte solo, sino cómo te sientes respecto a sentirte solo.

«En días como estos puede ser complicado de entender, pero si cuando te sientes solo lo interpretas como algo terrible, probablemente te deprimas. Si por el contrario lo interpretas como una oportunidad para reflexionar y conocerte mejor, probablemente no te afecte tanto. Por fortuna, todas estas emociones negativas están provocadas por pensamientos. Y esto es una gran noticia, porque significa que tienes poder para cambiarlas», recuerda Forner.

Ahora bien, ¿qué podemos hacer si estas navidades estamos solos? El autor de la web habilidadsocial.com nos ofrece una serie de consejos o claves psicológicas que nos ayudará a aceptar esta soledad puntual, mejorar nuestro ánimo y salir fortalecido de estos días.

Claves para no sentirte solo en Navidad

– Aceptar tus emociones o sentimientos tal y como vienen

Te sientes solo y deprimido cuando interpretas pensamientos como “tendría que estar en mi casa”“esto no es justo”“echo de menos a mi familia” como algo horrible. Por lo tanto, la solución es no juzgarlos ni luchar contra elloscuando te vuelvan a invadir. «El motivo es que cuanto más te resistes a un pensamiento, más fuerte se hace. Es como intentar no pensar en un oso polar blanco: irremediablemente terminas pensando en ese maldito oso polar blanco»,comenta el experto

– Cuéntale a alguien cómo te sientes

Otra buena alternativa para aliviar tu soledad es contarle a alguien cómo te sientes. No en foros de Internet, sino cara a cara. Piensa en algún amigo o compañero que resida cerca de ti, que haya dado apoyo en el pasado o que, simplemente, estés a gusto con él. Aunque pueda parecer difícil, llámale. Seguro que te reconforta.

Lo más probable es que empatice contigo, porque todo el mundo se ha sentido solo y perdido alguna vez. Sincerarte con alguien y mostrarle tus verdaderos sentimientos os unirá más. Lo único que levanta sospechas y genera distanciamiento es intentar ocultar lo que sientes.

– No dejes de lado el ejercicio.

Recuerda: mente y cuerpo van unidos. Lo que le pasa a uno tiene consecuencias sobre el otro…. y al revés. La soledad también tiene efectos negativos sobre tu salud física. Pero solo 30 minutos de ejercicio durante tres días a la semana son suficientes para cambiar ese estado y empezar a recuperarte.

Para Forner es importante que «no menospreciemos la importancia que tiene el deporte sobre nuestro estado anímico. El ejercicio dispara tus pensamientos positivos al generar endorfinas (conocidas como las hormonas del bienestar), aumenta tu ritmo metabólico y te ayuda a sentirte más a gusto con tu propia imagen».

– Recurre a la tecnología para reunirte con los tuyos.

Si algo nos enseñó el confinamiento fue a descubrir el mundo de las videoconferencias y sus múltiples ventajas para seguir cerca de nuestros seres queridos. Aunque no hay nada como un beso o un abrazo en persona, este tipo de aplicaciones te permitirán estar un poco más cerca de los tuyos, sobre todo los días más señalados como nochebuena, Navidad o nochevieja.

– Descubre los beneficios de la meditación.

Un estudio de 2012 descubrió que la meditación puede reducir los efectos perjudiciales de la soledad. En concreto, meditar 15 minutos al día durante 8 semanas redujo los pensamientos negativos asociados a la soledad en un 18% comparado con el grupo control. Aprender a meditar no es difícil. No es necesario que leas ningún libro ni te apuntes a cursos. Solo tienes que entrenar tu mente para centrarte en el presente sin vagar entre el pasado y el futuro.

Ponte cómodo, cierra los ojos, y céntrate en tu respiración. Si empiezas a pensar en otra cosa, devuelve tu atención a la respiración, sin juzgar si lo has hecho bien o mal.

«No es posible fracasar con la meditación», nos recuerda este experto en inteligencia emocional. Tan solo practícala y tu mente empezará a crear una nueva relación con la soledad. Una relación que te permitirá observar sin miedo, de forma pacífica y tranquila.

– Date ese capricho que llevas tiempo esperando.

Aunque todos sabemos que los objetos y el shopping no sustituyen a nuestros seres queridos, puede que esta navidad sea el mejor momento de darte ese capricho con el que llevas tanto tiempo soñando. Un ordenador nuevo, ese móvil de última generación, una consola o un simple libro… seguro que tienes tu preferido.

No es malo darnos este tipo de “recompensas”, y más aún este año. Ya sea a través de internet o acudiendo a una tienda física, cómpratelo y aprovecha los días de vacaciones para disfrutar de él. Tu mente y tu estado de ánimo lo agradecerán.

 

Texto: Eliromerocomunicacióm

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