¿Estás embarazada? Ve al dentista. La importancia de la salud bucodental en el embarazo.

El período de gestación es uno de los más importantes para la mujer. En esta etapa los cuidados, la prevención y unos buenos hábitos se convierten en clave para la futura salud de la madre y de su bebé. En ocasiones, la gran olvidada es la salud oral. Lejos de evitar el sillón del dentista durante estos meses, los expertos recomiendan acudir al dentista para realizar una revisión y un seguimiento de la salud bucodental durante los meses de embarazo.

Durante el embarazo es cuando ocurren los mayores cambios fisiológicos y hormonales en la mujer. La gestación produce muchos cambios en el cuerpo y la cavidad bucal se convierte en una de las zonas más sensibles.  Las mujeres embarazadas están en mayor riesgo de caries, por diferentes razones entre las que se encuentran un aumento de acidez en la cavidad oral debido a los ácidos gástricos de vómitos y náuseas que incluso pueden llegar a producir erosiones en el esmalte; por un aumento del consumo de sacarosa ya que la mujer embarazada tiene una mayor apetencia por los alimentos dulces. Por lo tanto, deben reducir su riesgo de caries cepillándose dos veces al día con pasta fluorada y limitar los alimentos azucarados. Los hijos de madres que tienen altos niveles de caries son más propensos a caries.

La odontopediatra Alma Esteras de Juaneda Dental Kids explica que: “El embarazo provoca un terremoto hormonal que provoca un desequilibrio de la flor bacteriana y una disminución de las defensas frente a las infecciones bucales. Toda mujer embarazada debe realizar un diagnóstico de su estado oral y recibir información acerca de los correctos hábitos de salud bucal, para disminuir los riesgos de padecer enfermedades orales en ella y en su futuro bebé. Existe un cierto miedo a acudir al dentista durante esos meses, pero es fundamental de cara a la prevención y sobre todo para realizar tratamientos en el caso de que se produzca una urgencia”.

En este sentido, si aparece cualquier afección bucodental durante el embarazo, sí se puede resolver.

Una buena higiene bucal es muy importante para controlar el riesgo de enfermedad de las encías. Esteras señala que: “Las mujeres embarazadas pueden tener cambios en el gusto y de forma habitual pueden presentar cuadro de encías enrojecidas e inflamadas, que sangran fácilmente. La encía está hinchada y dolorosa. Esta afección se conoce como gingivitis del embarazo. Por lo general, la puede causar una mala higiene bucal o el incremento de los niveles hormonales. Con una correcta limpieza por parte del profesional odontológico y si la paciente tiene una buena higiene diaria estos síntomas serán moderados y desaparecerán”

Puede ocurrir que este tipo de gingivitis evolucione en una enfermedad periodontal más severa, la periodontitis, con consecuencias tanto al nivel de las encías como al nivel de los dientes, provocando, movilidad de las piezas dentarias o una posible pérdida. Aunque tal y como indica la odontopediatra suele estar relacionada con la falta de un tratamiento adecuado en el momento que aparecen los primeros síntomas. El tratamiento periodontal no solo ayuda a mantener la salud bucal sino que previene de los partos de bajo peso y antes de término.

“Hoy es habitual que muchas mujeres opten por no acudir al dentista hasta después del embarazo y cuando llegan a la consulta, el problema se puede haber agravado. Es necesario que la mujer embarazada se realice todos los tratamientos dentales que necesite. Los procedimientos que aplicamos son seguros. La etapa más segura es el segundo trimestre porque se minimiza el riesgo de malformación y de parto prematuro, aunque la atención odontológica de urgencia se puede realizar en cualquier momento de la gestación” afirma Alma Esteras.

Un pequeño porcentaje de embarazadas presenta un crecimiento localizado de la encía, generalmente entre los dientes incisivos superiores, conocido como Granuloma piogénico o Epulis. Es una lesión vascular, benigna y sin síntomas, que sangra fácilmente. A veces es necesario eliminarlo quirúrgicamente, aunque lo habitual es que disminuya o desaparezca tras el parto.

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Por Clínica Juaneda

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