JOHNNY MOLONEY: “EN CAN EDUARDO TIENE HISTORIA, TRADICIÓN Y UN TRATO PERSONALIZADO CON LOS CLIENTES QUE NOS HACE ÚNICOS”

Durante este periodo de pandemia, el sector más perjudicado ha sido el sector de la hostelería y la restauración, ya sea por la incidencia acumulada de la acción del virus o las decisiones de las diferentes instituciones; han provocado que muchos hosteleros y se han visto obligados a cerrar y ha sido duro para todos.

Ahora llevan varios meses en los que la hostelería y la restauración están comenzando a ver unos brotes verdes, ya que la gente quiere acudir a los locales para disfrutar de la gastronomía y los sabores que nos identifican con nuestra tierra.

La gastronomía forma parte de la sociedad mallorquina y hay establecimientos que están ligados a la sociedad mallorquina. A todo ello, hay que añadir un aliciente muy especial que no es otro que poder comer o cenar con unos acompañantes de lujo como son la Catedral, el antiguo puerto de Palma y contemplar el Castillo de Bellver. Todo muy ideal para una velada romántica junto a nuestra pareja, también puedes hacer una comida con los amigos o disfrutar de una velada junto a las personas que más quieres.

Para ello, nuestra recomendación es visitar Can Eduardo, con 75 años a sus espaldas y que se ha convertido en un lugar de referencia para quienes quieren disfrutar de una gastronomía que mantiene la esencia más tradicional.

 

Juan Ramón Pons: Hace unos meses reabristeis el Restaurante después de un tiempo cerrado y ahora ya podéis abrir el interior. ¿Qué balance haces hasta el momento de cómo están yendo las cosas?

Johnny Moloney: “De momento estamos muy contentos, abrimos el día cuatro de marzo con solo las terrazas después de un año y poco más de muchas dificultades, que no sólo ha sido la restauración sino también el ocio nocturno y el turismo. En este sentido, ha despertado en mi un sentimiento de empatía hacia los compañeros que están peores que nosotros. Nosotros hemos tenido la suerte que tenemos una terraza muy amplia que con restricciones podemos tener entre unas cincuenta y sesenta personas; todas con distancia y cumpliendo todas las medidas de seguridad. En definitiva, a pesar de que el balance es negativo, pero siempre hay que mirar hacia adelante porque este año puede ser mucho mejor”. 

 

¿Qué puede ofrecer Can Eduardo a sus clientes? ¿Varia mucho el menú en función de la estación del año en que nos encontremos?

“No hemos variado mucho la carta, porque este restaurante lleva abierto desde 1943 y seguimos haciendo las mariscadas, croquetas, paellas, etc.… todo no cambia porque es nuestro ADN y es lo que le gusta al cliente. No obstante, intentamos combinar lo tradicional y lo moderno, pero siempre manteniendo nuestra línea básica Paellas, marisco, calderetas y arroces”. “Los platos que más salen son los más tradicionales como los que he dicho antes y también algunos platos donde el cocinero aplica más la cocina de fusión para hacer un tataki de salmón o el calamar relleno con risotto que son platos que tienen mucho éxito. En este sentido, a los cocineros les damos un poco de libertad para poder realizar sus creaciones y mostrarnos sus conocimientos culinarios”.

 

Con aproximadamente 75 años de existencia Can Eduardo es uno de los grandes referentes de la cocina en Mallorca: ¿Qué tiene Can Eduardo que atrae a tanta gente?

“Can Eduardo tiene historia, tradición y un tacto personalizado con los clientes que nos hace especiales. Si, es algo que es fundamental porque gracias a las redes sociales y todo el día recibimos muchas llamadas de gente que quiere reservar una mesa. En definitiva, es lo más bonito y para mí como gerente, que como sabes antes fui cocinero y los cocineros en pocas ocasiones salen a ver a los clientes; conozco a mucho de nuestros clientes por sus nombres, eso nos hace diferentes con respecto al resto a otros establecimientos”.

 

¿Por qué la gente tiene que venir a Can Eduardo?

No importa si es una comida o cena romántica, una mesa para dos o una comida o cena con los amigos, familiares y es un lugar muy especial para las parejas porque hay rincones que le dan ese toque de romanticismo. Intentamos adaptarnos al cliente, hay días que tenemos mesas de quince personas, otros donde tienes una mesa de treinta personas y tienes que intentar buscar adaptarte a los clientes. ¡Ven a Can Eduardo! Porque la tradición está presente, a modo de anécdota te contaré algo especial, hay clientes que de muy pequeños se fueron de Mallorca y cuando vuelven a Palma vienen al restaurante diciendo “Está igual y no ha cambiado” eso es muy bonito porque mantenemos la tradición y cuando les enseño las fotos antiguas ellos se emocionan mucho”.

 

¿Eres partidario de la cocina más vanguardista? O ¿De la cocina más tradicional?

Mira, JuanRa, los cocineros siempre tienen que estar abiertos a aprender cosas nuevas e innovar. Los platos tradicionales para todo cocinero es la base  y después tienes que dejar volar la creatividad. No puedes estar haciendo lo mismo porque aburre y los cocineros buscan alternativas. En mi caso, la base es lo tradicional y vanguardista siempre hay que estar siempre al día. Hace unos días mi socio Biel y yo cocinamos un plato pluviano que es cause de atún que tiene patata y atún, él me decía que había puesto mucha patata y la cocina tiene que evolucionar. Recuerdo, que mis primeros pasos en la cocina era la cocina francesa que es la base, eso es lo esencial y a partir de aquí puedes innovar por ejemplo con espumas de salmón ahumado, pero… no saben hacer un huevo frito. Antes de hacer un plato de innovación tienes que dominar la cocina clásica porque sino lo conoces… no avanzas”.

 

¿Qué le dirías a una persona que se quiere dedicar a la cocina?

La cocina es vocación cien por cien porque tienes que dedicar muchas horas y mucho sacrificio. Es sin duda, el mejor sitio donde te puedes encontrar. Eso sí debes tener claro que hay mucho sacrificio detrás porque no es un trabajo de entrar a las nueve de la mañana y salir a las cinco de la tarde porque te vas a casa con muchas preocupaciones y piensas en los platos que has hecho; si te han salido buenos o no. Si quieres dedicar a la cocina debes tener muy claro que tienes que dedicar parte de tu vida a la cocina. Yo echo mucho de menos la adrenalina que se desprende durante el servicio, porque yo soy una persona de por si muy activa y lo que echo más de menos es la adrenalina porque como gerente lo vives, pero no tanto como estar en la cocina”.

 

¿Qué es lo mejor estar delante de los fogones o dirigiendo el restaurante?

“Si quieres estar en la cocina debes tener mucha energía. Ahora bien, cuando llegas a una edad tienes que ser fuerte y estar preparado. Por mucha energía, por mucho que me guste la adrenalina que vivimos entre los fogones; a veces nuestro cuerpo nos pide descansar y dejar trabajar a los más jóvenes. Recuerdo que cuando yo dejé la cocina y contratamos a un nuevo chef, yo estaba siempre con él, pero le daba libertad para hacer lo que quisiera, pero siempre respetando la tradición y ojo que si en caso de necesidad me tengo que poner el delantal… no me caen los anillos por ello porque disfruto y estoy encantado. Es un trabajo durísimo la cocina y hay un desgaste físico que es importante”.

 

¿Cual es el plato que más te gusta cocinar?

“Me gusta mucho hacer pan porque tocas el ingrediente con las manos y lo más bonito es tocar el género, ya sea filetear, deshuesar y todo forma parte de la cocina. Hay días que quiero hacer un huevo revuelto o un huevo frito que me salen bien. Durante el Covid he cocinado en casa, pero lo que me gusta es hacer las cosas con fundamento y con mucho cariño a lo que hacemos”.

 

 

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