Se entiende por lumbalgia inespecífica un dolor localizado en la región correspondiente de la columna vertebral, acompañado o no de dolor irradiado, que suele asociarse a una limitación de la actividad física diaria y disminución de la capacidad funcional. Este tipo de afecciones constituyen el problema médico más frecuente en los países occidentales; afectan al 80% de la población alguna vez durante sus vidas.
Dicho dolor no es debido a traumatismos, ni a enfermedades tumorales, infecciosas, metabólicas o psicosomáticas. Habitualmente se ha intentado explicar por alteraciones en la columna como artrosis, hernias discales o escoliosis entre otras. Sin embargo, la evidencia científica disponible, demuestra que las lumbalgias no son más frecuentes entre quienes tienen estas alteraciones estructurales, y que en la mayoría de los pacientes no se puede identificar una causa orgánica a la que atribuir estos dolores.
De esta manera, se ha ido prestando una mayor atención a factores funcionales, como los hábitos posturales incorrectos o inadecuación de la musculatura abdominal y/o dorsal. Este es el caso de los jugadores de golf, en los que las características de este deporte obliga a la adopción de posturas y realización de movimientos que son un factor de riesgo para padecer lumbalgias inespecíficas.
Características y Riesgos del Golf
El golf es un deporte en el que se combinan caminatas de 6 a 7 Km con lanzamientos más o menos violentos, mediante distintos tipos de palos, de la pelota de golf para tratar de embocarla en un hoyó con el menor número de golpes.
El golfista está expuesto, entre otras, a afecciones en las muñecas, rodillas, codos y por supuesto en la espalda. Centrándonos en la espalda hay que indicar que la flexo-extensión mantenida de la columna, especialmente en rotación y cuando se excede la capacidad física del individuo parece correlacionarse con la existencia de lumbalgia.
El jugador de golf suele adoptar posturas en flexión de su columna (inclinación) y también rotación o giro de la misma; sobre todo cuando golpea y lanza la pelota a larga distancia. Este movimiento de giro brusco y pronunciado, constituye por si mismo un riesgo para la espalda; si además se une la falta de técnica, experiencia o forma física la posibilidad de lesionarse la espalda aumenta. Otro factor de riesgo a tener en cuenta, son las vibraciones producidas por el palo tras golpear la pelota que pueden perjudicar la columna vertebral, en este caso la calidad del material deportivo y el nivel del jugador influirán en este riesgo.
A lo anteriormente comentado, hay que añadir que el golf es un deporte que puede infravalorarse en cuanto a sus exigencias físicas, nada más lejos de la realidad; el jugador de golf requiere de una buena forma física y en especial una buena musculatura abdominal y dorsal; un adecuado desarrollo y equilibrio de esta musculatura protegerá la columna vertebral con un buen reparto de cargas y disminuirá la presencia de lesiones, que en ocasiones han sido frecuentes entre jugadores profesionales.
Prevención: Higiene postural y fortalecimiento muscular
El aprendizaje de normas posturales ha demostrado ser eficaz en la prevención de la aparición y recurrencia de estos dolores. Estas normas consisten esencialmente en el compendio de recomendaciones sobre la manera de adoptar posturas, moverse o realizar esfuerzos de forma que la columna vertebral sufra lo menos posible.
Por otra parte, el ejercicio físico adecuado ha demostrado ser útil igualmente para prevenir los dolores de espalda; aunque la determinación del tipo de ejercicio concreto que debe realizar un paciente específico depende de factores individuales que sólo pueden ser determinados después de una exploración física detallada.
Desde la Escuela Española de la Espalda (EEDE) y la Escuela Balear de la Espalda (EBE), entre otros objetivos, buscamos educar sanitariamente a la población.
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