MIRAMAR: ENTRE LA ESPIRITUALIDAD Y EL SABER LULIANO

Mientras recorremos los caminos de Mallorca. Hay una zona que ya de por sí desprende un aura mágica y ella se eleva hacia el cielo. Es la Serra de Tramuntana, uno de los parajes más bonitos de nuestra isla y que es visitada por muchos turistas de todos los rincones del mundo.

Nos detendremos en un lugar donde la mística y el conocimiento crean esa confluencia que conjuga a dos personajes muy conocidos. El Archiduque Lluís Salvador y El Beato Ramón Llull.

Precisamente, Llull fue quien fundó el Monasterio y la escuela de gramática que albergaba el cenobio, en la que se daban clases de árabe. Mientras que el aristócrata austrohúngaro recuperó el lugar para legarlo a la sociedad mallorquina.

Miramar está situado en la carretera de la Serra de Tramuntana entre las localidades de Deià y Valldemossa

Historia del lugar:

El 27 de julio de 1276 fallecía en Valencia el Rey Jaime I “El Conquistador” quien en 1229 había conquistado Mallorca para la Corona de Aragón y la había dotado el nombre de Reino de Mallorca. Al fallecer, el Rey su hijo Jaime era coronado en la Iglesia de Santa Eulalia de la  Ciutat de Mallorca, ya que las obras de la Catedral habían comenzado hacia relativamente poco.

Mientras, Ramón Llull había estado trabajando en la Corte de Jaime I siendo preceptor del Infante Jaime y esta relación maestro-alumno había generado en una amistad entre ambos. Llull tenía la intención de ir a predicar la Fe cristiana a los infieles hasta sus últimas consecuencias.

En la obra “Blanquerna” Ramón Llull hace una referencia a Miramar y en ella, el sabio mallorquín nos lo narra con nombres ficticios pero que podemos identificar con facilidad: Un monje importante de Mallorca se presenta ante los máximos responsables del clero en Mallorca y ante “un noble Rey sabio” de la Isla que se llama Jaime. Así, nos lo narra el profesor, Jaume Sastre Moll nos lo cuenta en un artículo que aparece en el Boletín de la Sociedad Arqueológica Luliana:

“Ha ordenat que XIII frares menors que estudien arabic a un Monestir anomenat  Miramar, apartat asegut en lloc cuvinable el ha proveít a les seves necesitats; e com sabrán l’arabic que vagen a honrar, per licencia de llur general, lo fruit de Nostra Dona, susteniments per honrar aquel fam, set, calor, fred, tremors, torments e morts”. (Sastre Moll 1976)

En estas palabras se plasman los ideales lulianos y la fundación del Colegio de Miramar se hizo realidad el 16 de septiembre de 1276 mediante bula pontificia de Juan XXI expendida en Viterbo y el Rey Jaime II de Mallorca dotó al cenobio con una renta de 500 florines anuales.

Por otra parte, en tiempos de Fernando “El Católico” II de Aragón, dos presbíteros mallorquines, Bartolomé Caldentey, que había sido profesor de Teología en La Sorbona (Paris) y Francisco Prats, lucharon porque en Miramar se volviera a enseñar el arte luliano. Dicha iniciativa, tuvo el apoyo de las instituciones regnícolas locales que la subvencionaron con dinero de la Universidad y escribieron en 1490 al Rey de Aragón para que confirmase dicha solicitud.

Caldentey quería crear en Miramar, el Estudio General otorgado por la autoridad real y pontificia, gestionándolo el Papa y poder ofrecer una formación a los jóvenes. Precisamente, en este periodo es cuando en 1487 se instaló en Miramar la primera imprenta en Mallorca.

Cenotafio del Secretario del Archiduque Lluis Salvador. Foto: Juan Ramón Pons.

En 1872, el Archiduque Lluís Salvador compró el antiguo cenobio y aquí recibió a visitantes ilustres como: La Emperatriz Sissí, los poetas Rubén Darío y Jacinto Verdaguer y… ¿Julio Verne?

Dentro de Miramar podemos contemplar el cenotafio que el Archiduque hizo construir para su secretario Wracislao Vivorny esculpido en mármol de Carrara por el italiano Antonio Tartadini. Del antiguo cenobio sólo se han conservado el suelo y la cocina del interior. En la casa podemos ver una exposición dedicada a Ramón Llull y nos podemos adentrar en lo que fue el barco del “Arxiduc”: El Nixe II y nos podemos imaginarnos al aristócrata recorriendo las Baleares para dar forma a su Obra Magna: “Die Balearen”.

Por último, en las cercanías de Miramar podemos ver la Capilla de Ramón Llull que hizo construir el Archiduque en honor al erudito mallorquín y que un rayo partió en dos… desde entonces la capilla sigue partida. ¿Una maldición?

Bibliografía:

Ajuntament de Valldemossa. www.visitvalldemossa.com. 1 de Enero de 2016. http://www.visitvalldemossa.com/es/elementos-patrimoniales/monasterio-de-miramar/ (último acceso: 11 de Octubre de 2019).

Casasnovas, Miquel Àngel. Història de les Illes Balears. Palma de Mallorca: Moll, 2007.

Dameto, Mut y Alemany-. Historia General del Reino de Mallorca. . Palma de Mallorca: Biblioteca de Catalunya, 1841.

Sastre Moll, Jaume. «Los Poseedores de Miramar.» Boletín de La Sociedad Arqueológica Luliana 35 (1976): 141-153.

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