¿Qué son?
Son imágenes que se pueden observar en las resonancias magnéticas de algunos sujetos y reflejan cambios en la consistencia del hueso vertebral. Pueden ser de tres tipos: se asume que el tipo I refleja la inflamación de la vértebra, el tipo II su degeneración grasa, y el tipo III su regeneración ósea. La aparición de esos signos ha demostrado asociarse a la existencia de signos de degeneración discal avanzada.
Síntomas
Los estudios iniciales sugirieron que los signos Modic eran más frecuentes entre quienes padecían dolor de espalda que entre quienes no lo sufrían, y planteaban que, especialmente los tipos I y II, podían causar dolor. Además se creía que también servían para identificar a los pacientes en los que, a diferencia de lo que está indicado en el conjunto de los pacientes con dolencias de la espalda, el reposo podía ser beneficioso puesto que, conceptualmente, reduciría la carga que sufre un hueso que, en la fase en la que se observan signos Modic tipo I, se asume que habría sido fracturado. Sin embargo, los estudios disponibles no permiten determinar que los MODIC sean siempre causa del dolor de espalda.
Riesgos
Inicialmente se creía que los signos tipo I tendían a evolucionar hacia el tipo II y, después, al tipo III. Sin embargo, las investigaciones más recientes demuestran que, aunque eso puede ser así, los signos son dinámicos y pueden pasar de un tipo a otro y no siempre en la misma dirección; por ejemplo, un tipo II puede evolucionar a tipo III, pero también a tipo I. En definitiva, no se puede determinar de forma concluyente que sean una causa de dolor, más allá de formar parte de un proceso degenerativo vertebral.
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