Desde los años 60-70 del siglo XX y hasta prácticamente nuestros días el turismo se ha convertido en la gran locomotora que tira de la economía de las Islas Baleares. Aunque le pese a algún sector de la sociedad mallorquina y en este sentido, quizás lo que tiene más sentido común sea llegar a un consenso entre todas las partes implicadas de la sociedad mallorquina.
En los últimos, años, desde varios sectores de la sociedad consideran que el actual modelo turístico actual está basado en el llamado “turismo” de masas y que ese modelo estaría agotando los recursos naturales de Mallorca como pueda ser el agua. Es cierto, que los expertos en biología, economía y geografía, etc… son partidarios de que el modelo turístico actual debería de cambiar hacia un modelo mucho más sostenible que pueda contentar a todos.
En 2020 mientras el mundo se detuvo como consecuencia del Covid-19. El sector turístico de las Islas Baleares clamaba por la eliminación de las restricciones y así acabar con todas las polémicas que se habían generado. No obstante, las autoridades mantuvieron reuniones con los sectores sociales para buscar un consenso que contentase a todo el mundo. En este sentido, lo único que es preocupante es que mientras el mundo estuvo parado hubiera sido un buen momento para reordenar el sector turístico, hacer un modelo mucho más sostenible y vender Mallorca como algo más que “Sol y Playa”. Sin lugar a dudas que sí, basta recorrer muchos enclaves de la isla que también son importantes desde el punto de vista cultural pero también histórico. En este sentido, basta con recordar que hay muchos lugares que reciben muchas visitas y los hay cuyas visitas son mínimas, lo cual hace que se desgasten víctimas no solamente del inexorable paso del tiempo sino también por la presencia de los seres humanos.
En este sentido, hay una falta de concienciación por parte de las autoridades, quienes en teoría deberían de hacerse cargo de velar por la protección, el cuidado y la puesta en valor de nuestro Patrimonio Histórico-Arqueológico.
Es cierto, que instituciones como la Universidad de las Islas Baleares (UIB) cuentan con un gran equipo de arqueólogos que durante años se han hecho cargo no solamente de las labores de excavación, investigación, adecuación y puesta en valor del patrimonio arqueológico que hay en Mallorca; en este sentido podéis visitar el Túmulo de Son Ferrer y el Puig de Sa Morisca en Calviá o Clossos de Can Gaià en Felanitx.
Nosotros os vamos a hablar de Na Nova, un yacimiento talayótico que está en las proximidades de Cala Llombards en el municipio de Santanyí, es decir, muy cerca de las playas del Caló d’Es Moro y Cala S’Almoina. Estas playas son muy visitadas no solo por los turistas sino también por los propios mallorquines; lo cual provoca una masificación de la zona que pone en peligro el yacimiento que cuenta con un talayot que está bien conservado gracias a la labor del grupo de arqueólogos. Precisamente, aunque la prensa escrita magnificó la noticia, el equipo de www.revistaplural.es hemos hablado con uno de los responsables de la excavación y nos han aclarado que no se han producido actos vandálicos en ningún momento y simplemente, que hay coches que han aparcado en la barrera que limita el yacimiento. Solamente, se ha cerrado el yacimiento ya que el terreno donde está situado es privado.
Por último, desde las instituciones se nos vende que hay un impuesto que debería de servir para proteger el Patrimonio y el entorno. Sin embargo, hace unos años ese mismo impuesto se gastó en un concierto celebrado en el Palma Arena. ¿Conocemos a dónde o a qué se destina el dinero recaudado?
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