ENTREVISTA: ANAPURNA

Ana Sainz Quesada, Palma, 1990. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, se especializó en ilustración en el IED Madrid, donde ha desarrollado su actividad artística durante varios años. Trabaja diferentes disciplinas artísticas y se siente atraída igualmente por el dibujo, la pintura, el bordado y el grabado. También pinta paredes en espacios rurales y urbanos, trabaja la narrativa gráfica para niños y adultos y, en su tiempo libre, diseña cose sus propias prendas. Insolubilia es su primera exposición individual, se puede presenciar en Madrid.

¿Quién es Anapurna? ¿De dónde viene tu nombre artístico?
Cuando era un bebé mi padrino y yo intercambiamos nombres. Yo le bauticé como Babo y él me llamó Anapurna. Desde entonces me llaman así en los entornos más cercanos –y con todas sus derivaciones, Purna, Pruna, Purni…-

¿Cómo nace tu gusto por el arte?
He tenido la suerte de crecer en un entorno que ha fomentado siempre el gusto por la literatura, el arte, la fotografía y la cultura en general. Se lo debo a mi familia por sembrar el germen de la curiosidad y la experimentación en mi.

¿Cuál es tu primer recuerdo dibujando?
La verdad es que no tengo un primer recuerdo. Sé que mi hermano y yo dibujábamos a menudo, nos gustaba hacer fanarts de las series de animación que veíamos y de los cómics que leíamos, pero no tengo un recuerdo especialmente determinante.

¿Siempre has sabido que te dedicarías al arte?
Cuando era pequeña quería ser escritora. Se me daba mejor escribir que dibujar, el artista de la familia era mi hermano, que iba a clases de pintura y técnicamente me daba cien patadas. A medida que fui creciendo y sobretodo al entrar en la adolescencia y meterme más en el universo de la narrativa gráfica, me reconcilié con el dibujo. Hice el bachillerato artístico, mi familia se quedó tranquila al ver que no se me daba mal y yo descubrí que en los cómics podía combinar lo que más me gustaba: contar historias tanto escritas como dibujadas.

¿Qué conocimientos y/o técnicas te ha aportado la carrera de Bellas Artes?
La verdad es que a nivel técnico apenas nada. Nunca pude cursar las asignaturas que me interesaban de verdad por encontrarme de pleno con el cambio de plan de licenciatura a Bolonia. Fue un chasco. Toda experimentación y avance técnico lo he hecho por mi cuenta, dedicando tiempo y constancia. Lo que sí me ha aportado la carrera es aprender a defender mis proyectos y darles contenido y marco teórico, a pensar más allá de lo evidente e inmediato y a buscar la inspiración en lugares poco comunes.

Te especializas en ilustración en el Instituto Europeo de Diseño en Madrid, entiendo que es tu auténtica pasión…
Mi auténtica pasión es el dibujo, que no la ilustración. La ilustración es solo uno de los espacios en los que puedo trabajar con el dibujo como medio de comunicación y expresión, pero no es el único en el que me muevo.

Pintas paredes en espacios rurales y urbanos, háblanos acerca de esta modalidad del arte.
Ha sido mi reconciliación con la pintura. A mi parecer, esta disciplina en el estudio requiere de una paciencia que yo no tengo. En cambio en el espacio rural o urbano es mucho más fluida, menos impostada. Me divierto mucho más que pintando canvas. También me interesa investigar el lenguaje narrativo fuera del papel y trasladarlo al muro. Creo que los formatos del cómic pueden funcionar bien grande y en pared.

Ilústranos un poco sobre otro de tus trabajos, la narrativa gráfica para niños y adultos… ¡en 2015 recibiste el premio Fnac-Salamandra Grafic por tu primera novela gráfica “Chucrut”!
Fue mi trabajo de final de curso en el IED. Tenía la necesidad de contar una experiencia vital relacionada con la pérdida y salió en forma de cómic. Lo mandé al concurso por recomendación de un profesor y me olvidé del asunto. Un día me llamaron y me dijeron que me daban el premio y que tenía 10 meses para hacer un libro entero del cual sólo tenía 15 páginas. Pasé 8 de esos 10 meses encerrada en una habitación, desarrollé una pequeña agorafobia y pensé mucho en la muerte. Disfruté mucho del proceso creativo, aprendí muchísimo más que en 6 años de estudio y por eso siempre estaré agradecida, aunque ahora mire Chucrut y sienta que lo hizo otra persona.

Insolubilia es tu primera exposición individual, ¿dónde se puede ver? ¿De qué se trata?
En la galería La Causa en Malasaña, Madrid. Trata sobre la dualidad y la contradicción del ser humano y hasta aquí puedo decir.

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